
Santo, El Enmascarado de Plata
Porque Santo nos pertenece a todos...
Santas son las cosas respetadas universalmente; santo es aquel que está unido espiritualmente con Dios y que es digno de veneración, pero santo es aquel que sobre todo es protector
Santo, el Enmascarado de Plata, es sin duda alguna el luchador más famoso a nivel nacional e internacional. Hablar de su figura, es hablar de la cultura mexicana, del arraigo, de los anhelos y los miedos del contexto en el que surgió. Su nombre mismo evoca la tradición y las creencias. Su característica máscara plateada, más que ocultar la identidad formó una nueva y se convirtió en el símbolo de la incansable lucha contra la maldad e injusticia.
El plateado, libró más de 15 mil combates y protagonizó más de medio centenar de filmes, en donde enfrentó a caciques revolucionarios, comunistas, brujas, zombies, sensuales mujeres vampiro, marcianas con muy poca ropa, momias, karatecas e inclusive a Sasha Montenegro. Asimismo, fue la figura central de la fotonovela Santo, el Enmascarado de Plata. Una revista atómica, editada por José G. Cruz, y cuyo tiraje llegó a ser de hasta un millón y medio de ejemplares por semana.
La efigie del Santo es fruto de una época caótica y de profundos contrastes. Es resultado también de las múltiples expresiones nacionales, folclóricas y tradicionales, pero, sobre todo, el Santo es producto de su público, de aquel que abarrotaba arenas y templos del séptimo arte para vitorear su nombre.
Al Santo se le reza, venera y ve luchar. Es tan nuestro como la mismísima Virgen de Guadalupe y está tan arraigado a nuestra cultura, que trasciende los intereses económicos de una sola persona, cuyos fines egoístas, sólo pretende lucrar con su figura. Santo líbranos del mal.